Los perros son considerados el mejor amigo del hombre, lo que hace que sea mucho más sorprendente cuando un perro se vuelve repentinamente agresivo y muerde a alguien. Las mordeduras de perro pueden provocar lesiones graves y, en algunos casos, traumas emocionales. Sin embargo, determinar quién tiene la culpa de la mordedura de perro (la víctima o el dueño del perro) depende de si la víctima provocó o no al animal.
Según la ley, la provocación es cualquier acción de un individuo que cause un cambio radical en el comportamiento del perro. Este principio determina quién tiene la culpa cuando una víctima solicita una indemnización por gastos médicos y daños tras una mordedura. Estas son las pautas de lo que se considera como provocación a un perro.
Entender la “regla de una mordedura” de Texas
A diferencia de otros tipos de casos de lesiones personales, Texas no tiene una ley de responsabilidad civil que aborde específicamente las mordeduras de perro. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Texas ha establecido normas y comprensión de la ley de daños personales para tratar los casos de ataques de animales. Todo esto se puede encontrar en el caso Marshall vs. Ranne.
¿Qué es el caso Marshall vs. Ranne?
En este caso judicial, Paul Marshall demandó a John Ranne por los daños que sufrió cuando el jabalí de Ranne le hirió gravemente la mano. El tribunal repasó las pruebas de este caso en particular junto con otros casos de daños personales relacionados con ataques de animales. Se decidió que Texas responsabilizaría al propietario de un animal por un ataque a menos que se pudiera demostrar que el animal fue provocado por la víctima.
Esto se conoció como la “regla de una mordedura”. Esta norma establece que un propietario será responsable de los daños causados por un animal que se sabe que es peligroso o que tiene el potencial de serlo. Sin embargo, si el animal no tiene antecedentes de agresividad, el demandado debe demostrar que el animal era agresivo antes de poder obtener una indemnización por sus lesiones.
¿Qué constituye una provocación a un perro?
Cuando un perro se siente ansioso o amenazado por una situación, se ve impulsado instintivamente a una de estas dos acciones: luchar o huir. Si el perro puede escapar de una situación, generalmente lo hará, ya que es la más segura de las dos opciones. Sin embargo, si el perro se siente atrapado, puede mostrar signos de agresividad, como gruñir o tirarse al suelo. Estos comportamientos sirven de advertencia. Si el individuo que amenaza al perro no cesa su comportamiento, entonces el perro generalmente atacará.
Algunos ejemplos de comportamientos provocadores son:
- Golpear al perro
- Atrapar al perro en un espacio reducido
- Asustar al perro
- Pisarle la cola
- Tirar de su cola, orejas, patas o pelo
¿Qué es la provocación involuntaria?
Otra acción que puede considerarse una provocación es hacer gestos amenazantes al dueño del perro. Por ejemplo, el demandante y el demandado tuvieron una acalorada discusión en la casa del demandado. El demandante hizo un movimiento rápido hacia el acusado como si fuera a golpearlo. El perro del demandado, que estaba echado, salta de repente y muerde al demandante. En este caso, el perro está reaccionando basándose en sus instintos naturales de manada. Como el demandante hizo un avance amenazante hacia el acusado, el perro reaccionó de forma protectora, lo que es un comportamiento normal para un perro.
Acciones como asustar a un perro o pisarle la cola son a veces involuntarias. A pesar de ello, estas acciones siguen considerándose una provocación y pueden hacer que el demandante sea considerado parcialmente responsable de la mordedura del perro.
¿Qué acciones se consideran no provocadoras?
Los propietarios de perros tienen la responsabilidad de conocer la personalidad de sus mascotas, así como de adiestrarlas para que se comporten en público o con invitados. Si el propietario de un perro sabe que éste es nervioso por naturaleza, es responsable de mantenerlo alejado de los entornos en los que es probable que se produzca un incidente. Las siguientes acciones no se consideran provocación en circunstancias normales:
- Caminar hacia un perro
- Llevar un paquete y caminar hacia el perro y el dueño
- Dirigirse al propietario
- Estar sentado y luego levantarse y quedar frente al perro
- Intentar acariciar a un perro
- Jugar con un perro y darle palmaditas
- Alimentar a un perro
- Ayudar a transportar un perro herido
- Extender una mano o un brazo por encima de una valla
Si el propietario de un perro sabe que éste es generalmente nervioso en determinadas situaciones, es su responsabilidad hacer que cualquier persona que se acerque al perro sea consciente de ello. Esto le da a ese individuo tiempo para cambiar su comportamiento y ayudar a que el perro esté más tranquilo.
Si le ha mordido un perro agresivo, debe ponerse en contacto con un abogado especializado en lesiones personales
Si usted o un ser querido ha sido mordido o atacado por un perro, no permita que un propietario negligente intente alegar que usted provocó al perro: póngase en contacto con los abogados de lesiones personales de Hernandez Law Group. Juan Hernandez es parte del 2 % de los abogados de Texas que están certificados para practicar la ley de lesiones personales, por lo que puede estar seguro de obtener la experiencia que necesita. Nuestra amplia experiencia en los tribunales puede ayudarle a reclamar la indemnización que merece por los gastos médicos y otros daños derivados de una mordedura de perro. Contáctenos hoy para una consulta gratis.