La muerte por negligencia, ya sea causada por un accidente en el trabajo, accidente automovilístico u otra circunstancia, es devastadora para la familia. El dolor y el sufrimiento de los seres queridos, la lucha por llegar a fin de mes con menos ingresos y la responsabilidad de recoger los pedazos es mucho con lo que lidiar. Reclamar una indemnización por muerte por negligencia es posible, pero puede resultar extremadamente difícil. Si se maneja incorrectamente, la parte que causó la muerte por negligencia puede salir impune, dejando a la familia luchando por solucionar por sí misma la situación.
Al igual que en la mayoría de los casos de lesiones personales, el deber de cuidado, el incumplimiento del deber y la causalidad deben probarse para ganar un caso de muerte por negligencia. Esto es lo que hay que demostrar para probar la muerte por negligencia tras un accidente:
Deber de cuidado
Un demandante debe ser capaz de demostrar que el demandado tenía para con la persona fallecida un “deber de cuidado”. Esto puede ir desde que un conductor tenga el deber de seguir las leyes de tráfico para mantener a salvo a otros conductores hasta que un fabricante tenga que asegurarse de que sus productos están libres de defectos mortales. Si no puede establecerse un deber de cuidado, entonces es probable que la muerte no entre en la categoría de muerte por negligencia, lo que significa que es más que probable que el caso sea desestimado.
Incumplimiento del deber
A continuación, el demandante debe ser capaz de demostrar que el demandado descuidó este deber de cuidado. Por ejemplo, alguien que maneja de forma temeraria por la carretera está incumpliendo su deber de cuidado al desobedecer las leyes de tráfico y crear condiciones peligrosas para los demás conductores. En los casos de accidentes automovilísticos, suelen bastar un informe policial y las evidencias tomadas de los vehículos siniestrados para demostrar el incumplimiento del deber de cuidado de una persona hacia otra.
Causalidad de la muerte
Por último, debe poder demostrar que existe una relación directa entre el incumplimiento del deber, el accidente y la causa de la muerte. Si no pueden demostrarse estos vínculos, entonces la demanda de un afectado por muerte por negligencia puede no tener ningún fundamento dentro del sistema judicial. Por ejemplo, un conductor que circulaba con exceso de velocidad estaba incumpliendo su deber de respetar las leyes de seguridad. Esta infracción provocó una colisión con un ciclista que cruzaba una intersección. El conductor, que circulaba a gran velocidad, se saltó la señal de alto y chocó contra el ciclista, causándole la muerte inmediatamente tras el impacto. Esto sería una causalidad demostrable.
Carga de la prueba y preponderancia de las evidencias
Para probar con éxito una demanda por muerte por negligencia, el demandante tiene que ser capaz de demostrar que “lo más probable” es que el fallecido estuviera vivo si el demandado hubiera actuado de forma competente. En los casos civiles, la carga de la prueba es menor que en los penales, en los que no tiene que haber lugar a dudas razonables.
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